sábado, 15 de diciembre de 2007

LA BELLEZA DE LO SENCILLO


Cuando me fui de tu vera
de nadie me despedí
pero mi alma enamorada
quedó prisionera ahi.

Tiré una moneda al Iregua
y un deseo le pedí...
Sentí miedo...sentí frío
porque...al mirarme en el río
estabas tu junto a mí.

Podré no verte
podré no hablarte
pero lo que nunca podré
es dejar de amarte.

0 comentarios: